¡OH
MI BUEN JESÚS!
Tú, Jesucristo, que fuiste elevado, al cielo,
por la fuerza del Espíritu que el Padre te dio,
envía al mismo Espíritu Santo sobre nosotros,
para que nos ilumine, fortalezca y anime
a ser tus testigos hasta el confín de la tierra.
Ilumínanos con el Espíritu de la sabiduría:
que nos impulse a salir de esta caótica crisis,
para que no nos lleve este claro desconcierto
a la oscuridad de la amargura y del desaliento,
para que no nos desespere esta tragedia.
Fortalécenos hoy para servir a la humanidad,
herida por la impotencia, las dudas y el pánico,
para que supere el miedo a la dura adversidad,
para que contagie la fe, la esperanza y el valor,
para que salga victoriosa de esta tempestad.
Anímanos, con la gracia del Espíritu Santo,
en estos momentos críticos de la historia,
a no quedarnos con los brazos cruzados,
mirando cómo sufren nuestros hermanos,
ni a quedarnos quejándonos de la situación.
Tú, ¡oh mi buen Jesús!, que subiste al cielo,
ayúdanos a trascender nuestras miserias,
siendo generosos, solidarios y disponibles
para asistir a los más necesitados y olvidados,
elevando la vida de todos a la gloriosa dicha.
P. Flaminio Benítez Ortiz, ocd
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