quarta-feira, 3 de junho de 2020

Fé e poesia


REAVIVA, ¡OH DIOS!

Reaviva, ¡oh Dios!, el don que me diste,
cuando me impusieron las manos,
cuando me bautizaron y me confirmaron,
cuando participé en la Eucaristía.

Hazme recordar que no me diste un espíritu
de cobardía, para temer a la muerte.
Tú me diste un espíritu de energía y fortaleza,
de buen juicio y de amor que lo vence todo.

No me avergüenzo, oh Dios, de dar testimonio
de mi Señor Jesucristo, porque él me enseñó
a tomar parte en los duros trabajos
del Evangelio, que es tu fuerza para mí.

Reconozco que Él me salvó y me llamó
a una vida santa, por obra de la gracia,
con que Él destruyó el pecado y la muerte,
y sacó a la luz la vida inmortal para todos.

Hazme capaz de anunciar la promesa de vida
que hay en Cristo Jesús, mi Salvador,
con toda valentía y en toda situación,
para que todos alcancen tu misericordia y de tu paz.

Fr. Flaminio Benítez Ortiz ocd

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