REAVIVA,
¡OH DIOS!
Reaviva,
¡oh Dios!, el don que me diste,
cuando me impusieron las manos,
cuando me bautizaron y me confirmaron,
cuando participé en la Eucaristía.
Hazme
recordar que no me diste un espíritu
de
cobardía, para temer a la muerte.
Tú me diste un espíritu de energía y fortaleza,
de buen juicio y de amor que lo vence todo.
No me
avergüenzo, oh Dios, de dar testimonio
de mi Señor Jesucristo, porque él me enseñó
a tomar parte en los duros trabajos
del Evangelio, que es tu fuerza para mí.
Reconozco
que Él me salvó y me llamó
a una
vida santa, por obra de la gracia,
con que Él destruyó el pecado y la muerte,
y sacó a la luz la vida inmortal para todos.
Hazme
capaz de anunciar la promesa de vida
que hay
en Cristo Jesús, mi Salvador,
con toda valentía y en toda situación,
para que todos alcancen tu misericordia y de tu paz.
Fr. Flaminio Benítez
Ortiz ocd
Nenhum comentário:
Postar um comentário